La cobertura de la plataforma es una variable secundaria, lo importante es el tipo de uso que hagamos de ella.
Estoy a punto de hacer 10 años en publicidad digital y desde el principio se hablaba del potencial del móvil como soporte publicitario, algunos incluso hacían chistes comparando al móvil con Guti, identificándolo con "la eterna promesa". Desde hace muchos años un porcentaje próximo al 90% de la población dispone de un teléfono móvil, incluso en muchos países hay más líneas que personas: todo el mundo le atribuía un potencial publicitario difícilmente discutible.
Sobre el papel, todo eran ventajas: máxima cobertura, consumo muy intensivo, interacción constante, altas posibilidades de segmentación, etc.
Pero tenía un hándicap enorme que contrarrestaba todas estas ventajas convirtiéndolo en lo que era hasta ahora, un medio totalmente residual: el tipo de uso que la gente hacía del móvil. Lo consideraba como un intercomunicador personal, es decir, un elemento que permitía hablar o a lo sumo enviar SMS a amigos y familiares, con lo que todo mensaje publicitario era considerado excesivamente intrusivo. Vamos, que hasta hace poco lo que llamábamos móviles realmente eran teléfonos inalámbrico con mucha cobertura.
Pero lo que antes llamábamos móviles y lo que tenemos ahora en el bolsillo no se parecen absolutamente en nada. Bueno, sí, en que los llevamos igualmente en el bolsillo. Es decir, se parecen lo mismo que las llaves del coche a la cartera.
El dispositivo “móvil” que llevamos ahora es mucho mas parecido a un ordenador portátil con un conexión a internet wireless que a los tradicionales teléfonos móviles. Es más, la principal función con la que nacieron los teléfonos móviles que es la de trasmitir la voz a través de un operador de telefonía GSM, es una función casi accesoria: si mi Iphone no lo tuviera, yo lo llevaría igualmente conmigo a todas partes.Lo que está pasando no es que el teléfono móvil ahora despegue como soporte publicitario, en el móvil original nunca habrá cabida para la publicidad. Pero sí la hay en el nuevo concepto, en el que nos permite sustituir nuestro consumo de comunicación interactiva por un dispositivo más pequeño y más transportable, convirtiéndose en una ventana abierta a la comunicación total, incluida la comercialización.
Si unimos la capacidad tecnológica de estos dispositivos con la generación de contenidos adaptados al tamaño de sus pantallas, se convierten en una alternativa real al ordenador personal y al notebook, y como tal un canal publicitario más donde mostrar los diferentes soportes publicitarios de los medios digitales.
Con lo que, volviendo al titular, ahora sí tenemos un número significativo de usuarios potenciales dispuestos a consumir nuestra publicidad siempre y cuando seamos capaces de adaptarla para ser consumible desde este nuevo entorno de dispositivos móviles.
Imagen: JD Hancock
